Caminos-devenires
Afirmar que el río es una serpiente corresponde a designarlo no como “recurso natural” al servicio de los humanos, sino como un ser dotado de vida, trayectoria y cultura propias. Más que eso, significa concebirlo como una entidad híbrida, un cuerpo acuático-animal serpenteante y dinámico, hábil en transponer límites de distintas naturalezas. Incorporando esta perspectiva que desafía la episteme occidental, la presente edición de Frestas – Trienal de Artes del SESC de Sorocaba tiene como lema la relación entre formas de existencia no hegemónicas y los caminos que estas inventan.
De los aspectos que distinguen tales existencias se destacan, en el proyecto de la muestra, sus vulnerabilidades, disidencias y potencias. Asumirlas como decisivas para el proceso decolonial incluye tanto cuestionar el especismo como lidiar con los cuerpos humanos en su dimensión racializada – reconociendo las asimetrías que estos fenómenos cargan. Contrario a los modos dominantes de la existencia, muchas veces esas vidas no cuentan con caminos abiertos para sus travesías. La invención y la negociación de otras rutas, otros destinos, surge como una oportunidad de reorientar los rumbos trazados, hasta ahora, por las fracciones hegemónicas de la sociedad, con sus mecanismos de exclusión, explotación y violencia. Dibujar otros caminos implica concebir formas alternativas de comprender el mundo y de interactuar con él.
Este es el sentido al que el SESC quiere apuntar con su acción cultural, fomentando experiencias simbólicas dedicadas a la búsqueda de salidas en medio de una coyuntura cuyas vías parecen conducir a lugares a donde no nos gustaría llegar, así ya hayamos llegado. Como emblema de esos “lugares”, la pandemia de Covid-19 se interpuso en la trayectoria de Frestas, exigiendo que se alterara su curso. En ese rehacer, la Trienal duplica su apuesta en la resiliencia, desarrollando inmediatamente su Programa de Estudios en el ambiente virtual para, en 2021, realizar la etapa presencial. Si el río es una serpiente, ¿qué puede llegar a ser una exposición?
Danilo Santos de Miranda
Director Regional del SESC São Paulo
El SESC – Serviço Social do Comércio es una institución privada, sin ánimo de lucro, creada en 1946 por los empresarios del comercio y de servicios en todo Brasil. En el estado de Paulo, el SESC cuenta con 42 centros que tienen sus áreas de actuación en los campos de la cultura, educación, deportes, ocio y salud. Las acciones del SESC São Paulo son orientadas por su carácter educativo y por la búsqueda del bienestar social basado en una comprensión amplia del término cultura. En ese sentido, la accesibilidad plena a los espacios y a los contenidos ofrecidos por la institución tiene presente la democratización de los bienes culturales como forma de autonomía del individuo.
En el campo de las artes visuales, la institución cumple el papel de difundir la producción artística contemporánea y de los demás periodos históricos, así como de las intersecciones con otros lenguajes artísticos, teniendo como directriz la realización de exposiciones para todos los públicos. Son realizados, además, proyectos con instalaciones, intervenciones y performances, así como actividades de acción educativa y mediación en diferentes formas, teniendo como foco la atención calificada tanto a grupos agendados como al público espontaneo, buscando, principalmente, el alcance de una formación sensible y el estímulo a la autonomía y a la libertad de elección.
El río es una serpiente: primer acto
El río es una serpiente, título-detonante de la 3ª Frestas – Trienal de Artes, abarca una cosmovisión de las estrategias que tuvimos que elaborar y recrear para llegar hasta aquí y, como tal, toma su propio camino como propuesta curatorial, cuyo punto de partida fue la suma de los encuentros en dialogo con artistas, activistas y personas que producen pensamiento y conocimiento.
En cada una de las curvas de esta trayectoria, buscamos y debatimos estrategias críticas de negociaciones políticas, económicas e institucionales que así mismo transitan por múltiples ecosistemas, sean naturales, espirituales o subjetivos. Igualmente, nos deparamos con los efectos de las innúmeras contradicciones allí contenidas, reflexionando sobre las posibilidades, las potencias y los desafíos que habitan los límites entre lo negociable y lo innegociable, determinantes para la salud de nuestro proceso curatorial. Y, además de nosotros, aprendemos que tales estrategias se refieren también a los caminos ya recorridos por otros cuerpos que, encontrándose en tiempos y espacios históricos distintos, fueron condicionados a agenciar permanencias y accesos como única forma de garantizar la manutención de sus existencias.
Bajo el suelo movedizo de la contradicción, desbloqueadas por el avance del capital neoliberal y por los procesos sistémicos de captura de las subjetividades como generación de valor y reencarnación de una ética colonial, arrojamos algunas preguntas: ¿Cómo producir salidas cuando es necesario hacer de la imposibilidad de elecciones nuestra propia elección? En tiempos en los que es necesario crear formas de ver y concebir el mundo que aún no están disponibles históricamente para nosotros, ¿qué cuerpo elástico, sinuoso y poroso es ese que creamos? Situándonos en el campo del secreto que recubre la resiliencia, ¿qué tipo de tecnologías elaboramos? ¿Cuáles estrategias de solidaridad son posibles y qué dicen los cuerpos que, habitando estructuras de poder asimétricas, crean mundos tan vastos?
De las curvas de los ríos que navegamos durante el viaje de investigación, pudimos avistar, en sus formas serpenteadas por un tiempo no lineal, las palabras llenas de imágenes que nos ayudarían a traducir las experiencias intangibles de los contratos, conflictos y acuerdos que experimentamos. De este modo, la serpiente como metáfora expandida por su amplia cosmología en las más diversas narrativas míticas y culturales aquí nos sirve como mirada para discutir las turbias aguas que rigen los movimientos contemporáneos de la plantación y sus geografías coloniales.
Desembocando en el territorio de Sorocaba, nos interesa pensar una ética que desorganice los ya conocidos modos de producción de violencia simbólica puestos en la relación de categorización y fetichización del otro. También nos interesa crear nuevos paisajes cuestionando cómo se hacen los códigos y lenguajes y cuáles mecanismos son compatibles con el mantenimiento de las infraestructuras que regulan dinámicas de poder, legitiman discursos, condicionan accesos, frenan la crítica y forjan una idea de pacificación y consenso.
El río es una serpiente porque se esconde y camufla y entre lo imprevisible y el misterio, crea estrategias en su propio movimiento.
El río es una serpiente: segundo acto
Después de un largo respiro en busca de aliento, si no hay sorpresas cuando avistamos las palabras ahora siguiendo su curso, es porque aprendemos que no es posible transponer la curva de un río y subestimar sus efectos. Como escribimos en aquellas que parecían ser nuestras últimas líneas, sabemos que los cambios que están por venir probablemente no seguirán las mismas palabras, tampoco lo que ellas ansían o desembocan. Por eso, para nosotros, yuxtaponer aquello que elaboramos en ambos textos es resaltar el dibujo de la ruptura.
Presentimientos que ya venían siendo especulados por el grupo de artistas, personas que construyen pensamiento y las comunidades con las cuales nos envolvemos y dialogamos y que, reunidos bajo el título El río es una serpiente, vienen manifestándose no solamente como un conjunto de preguntas entorno a las acciones de la naturaleza y su tiempo cíclico, sino sobre todo como cosmovisión, performance y tecnología que anunciaban en sus profundidades el inminente colapso natural que ahora enfrentamos bajo el nombre de una pandemia.
En este segundo acto, esa catástrofe anunciada vuelve hipervisibles las formas por las cuales las camadas de violencia se sobreponen en las necrópolis raciales del globo, abriendo aún más precedentes tanto para las políticas de exterminio como para el aplanamiento de la vida, a través de sistemas de control y vigilancia fundados en el seno de la economía neoliberal.
Cuando destacamos del proyecto todo aquello que nos daba relieve, entendemos que parte del ejercicio de seguir la forma que ahora toman las aguas habla sobre las elecciones urgentes e irremediables que tuvimos que hacer cuando nos adentramos en las esferas conceptuales y estructuras de Frestas. Pese a la desesperanza, la potencialización del miedo y de la ansiedad, esas curvas y contornos subrayan la importancia de continuar creando estrategias frente a una total subordinación del ecosistema al avance atómico del capital globalizado y de los efectos sociales y subjetivos, climáticos y microbiológicos, que están intensificados en todas las clases vulnerables a su degradación, en los aspectos fundamentales de la vida.
Teniendo en cuenta cómo las estrategias de negociación que creamos o en las que nos sumergimos nos preparan hasta hoy, depende de nosotros intensificarlas probando los límites de lo que era posible y necesario hacerse en el contexto de un evento de arte contemporáneo. Así, cuidando de que el incentivo a las prácticas locales no se confunda con exaltaciones nacionalistas, para que el individualismo no se concrete como el único medio de socialización y para que la virtualidad no nos precarice, repensamos el papel del aparato expositivo a partir de un calendario de acciones que inicia en octubre de 2020 y que, como parte de la plataforma, presenta un Programa de Estudios compuesto por actividades formativas, cuyo objetivo es el de fomentar prácticas educativas radicales y al mismo tiempo incentivar políticas de redistribución y de acceso.
Conformado por 15 artistas, el Programa es acompañado además por una programación pública con una amplia agenda de cursos, seminarios, conferencias, lanzamientos editoriales y muestras de películas y videos. Estableciendo una relación estrecha entre la curaduría y el educativo, el deseo es que ese espacio de intercambio termine, cuando nuestras presencias sean posibles, en un espacio de celebración y encuentro que, hasta este momento y a partir de aquello que conocemos, podemos evocar como exposición. Todo esto conscientes de que, de ahora en adelante, la principal característica de la exhibición no es su circunscrita fisicalidad, sino todo aquello que no sabemos, necesitaremos reimaginar y que está por venir.
El río es una serpiente porque se esconde y camufla y entre lo imprevisible y el misterio, crea estrategias en su propio movimiento.
O rio é uma serpente: segundo ato
Depois de um longo respiro em busca de fôlego, se não há surpresas quando avistamos as palavras seguindo agora seu curso, é porque aprendemos que não é possível transpor a curva de um rio e subestimar seus efeitos. Como escrevemos naquelas que pareciam ser nossas últimas linhas, sabemos que as mudanças que estão por vir provavelmente não acompanharão as mesmas palavras, tampouco o que elas almejam ou desaguam. Por isso, para nós, justapor aquilo que elaboramos em ambos os textos é realçar o desenho da quebra.
Pressentimentos que já vinham sendo especulados pelo grupo de artistas, pessoas que constroem pensamento e as comunidades com as quais nos envolvemos e dialogamos, reunidos sob o título O rio é uma serpente, vêm se manifestando não somente como um conjunto de perguntas em torno das ações da natureza e seu tempo cíclico, mas sobretudo como cosmovisão, performance e tecnologia que anunciavam em suas profundezas o iminente colapso natural que agora enfrentamos sob o nome de pandemia.
Neste segundo ato, essa catástrofe já anunciada torna hipervisíveis as formas pelas quais as camadas de violência se sobrepõem nas necrópoles raciais do globo, abrindo ainda mais precedentes tanto para as políticas de extermínio quanto para o achatamento da vida, via sistemas de controle e vigilância fundados no cerne da economia neoliberal.
Ao destacarmos do projeto tudo aquilo que nos dava relevo, entendemos que parte do exercício de acompanhar a forma que as águas agora tomam diz respeito às escolhas urgentes e irremediáveis que tivemos de fazer quando nos aprofundamos nas esferas conceituais e estruturais de Frestas. Apesar da desesperança, da potencialização do medo e da ansiedade, essas curvas e contornos sublinham a importância de seguirmos criando estratégias frente a uma total subordinação do ecossistema ao avanço atômico do capital globalizado e dos efeitos sociais e subjetivos, climáticos e microbiológicos, que se encontram intensificados em todas as classes vulneráveis a sua degradação, nos quesitos mais primordiais da vida.
Tendo em vista de que forma as estratégias de negociação que criamos ou em que mergulhamos nos prepararam até aqui, coube a nós intensificá-las testando os limites do que era possível e necessário ser feito no contexto de um evento de arte contemporânea. Assim, atentando para que o incentivo às práticas locais não se confunda com exaltações nacionalistas, para que o individualismo não se concretize como o único meio de sociabilidade e para que a virtualidade não nos precarize, repensamos o papel do aparato expositivo a partir de um calendário de ações que se inicia em outubro de 2020 e que, como parte da plataforma, apresenta um Programa de Estudos composto de atividades formativas cujo objetivo é fomentar práticas educativas radicais e ao mesmo tempo incentivar políticas de redistribuição e de acesso.
Formado por 15 artistas, o Programa é acompanhado ainda por uma programação pública com uma ampla agenda de cursos, seminários, palestras, lançamentos editoriais e mostras de filmes e vídeos. Estabelecendo uma relação estreita entre a curadoria e o educativo, o desejo é que esse espaço de troca culmine, assim que nossas presenças forem possíveis, num espaço de celebração e encontro que, até este momento e a partir daquilo que conhecemos, podemos evocar como exposição. Tudo isso conscientes de que, daqui em diante, a principal característica da exibição não é sua circunscrita fisicalidade, e sim tudo aquilo que não sabemos, precisaremos reimaginar e está por vir.
O rio é uma serpente porque se esconde e camufla e entre o imprevisível e o mistério, cria estratégias em seu próprio movimento.
(Rio de Janeiro, RJ – vive en São Paulo) es investigadora y curadora autónoma con maestría en Historia Social de la Cultura de la puc-rj. Es idealizadora y directora de la plataforma Lastro – Intercâmbios Livres em Arte [Lastro – Intercambios Libres en Arte]. Desde perspectivas anticoloniales, actúa en la conducción y articulación de procesos en red y transdisciplinares de creación y aprendizaje. En colaboración con el mam Rio, coordinó el proyecto de catalogación de los acervos de obras y documentación de Márcia X (1959-2005), que culminó, en 2013, en la exposición monográfica de la artista y en el lanzamiento de su catálogo razonado. Entre 2015/2016, integró el programa Curador Visitante de la Escuela de Artes Visuales del Parque Lage (RJ), que se desarrolló en la creación de las bases actuales de la Biblioteca | Centro de Documentación y Pesquisa de la eav. Hizo parte de las comisiones curatoriales del 20º Festival de Arte Contemporáneo sesc_Videobrasil (2017) y de la Bolsa Pampulha (2018/2019) y coordinó la residencia artística Travessias Ocultas – Lastro Bolívia, que se desplegó en exposición en el sesc Bom Retiro (SP, 2016/2017). Actualmente, hace parte del equipo curatorial de la 3ª Frestas – Trienal de Artes (Sorocaba, SP).
(Mundo Novo, BA) es curadora independiente, crítica e investigadora. Maestra en comunicación y semiótica de la puc-sp, su trabajo consiste en experimentar prácticas curatoriales contemporáneas desde una perspectiva decolonial. Actualmente, integra el equipo curatorial de la 3ª Frestas – Trienal de Artes del sesc São Paulo y firma la curaduría de la exposición Os dias antes da quebra [Los días antes de la quiebra] en el Pivô Satélite. Dentro de sus principales proyectos se destacan la idealización del programa de arte-educación AfroTrascendence; la curaduría entre, 2016 y 2017, del programa de exposiciones Diálogos ausentes, del Itaú Cultural; y la curaduría del Valongo Festival Internacional de la Imagen, en 2018 y 2019. En 2019, también fue co-curadora de la Residencia PlusAfroT y de la exposición colectiva Lost Body – Displacement as Choreography [Cuerpo perdido – desplazamiento como coreografía], ambos proyectos ocurridos en Múnich, Alemania. Jurada de diversas comisiones de selección y premiación, es docente de especialización en gestión cultural del Itaú Cultural y co-curadora/organizadora del libro Textos para ler em voz alta [Textos para leer en voz alta], que será lanzado en el 2021 por la editora francesa Brook.
(São Paulo, SP) es curador y educador con formación en ciencias sociales. Participa del programa Propositions for Non-Fascist-Living [Proposiciones para una vida no fascista], organizado por la bak (base voor actuele kunst), en Utrecht, Países Bajos. Con la curadora Gabi Ngcobo, creó la plataforma I’ve Seen Your Face Before [He visto tu cara antes], como parte del proyecto Ecos del Atlántico Sur, del Goethe-Institut São Paulo. En 2018, fue miembro del equipo curatorial de la 10ª Bienal de Berlín, titulada We Don’t Need Another Hero [No necesitamos otro héroe].
En breve
En esta 3ª edición de Frestas – El río es una serpiente, consideramos que la educación es uno de los pilares curatoriales. Me gusta pensar en el programa educativo como la margen de ese río-serpiente. La margen de un río es su contorno, la orillita del agua que invita a mojar el pié o sumergirse en él. Es el área-límite entre el adentro y el afuera de la exposición, y al mismo tiempo no se separa de ella; una margen de materia natural, porosa, que posibilita intercambios en el río y lo que está fuera de él: de adentro para afuera, pero también de afuera para adentro. Esa imagen habla mucho sobre cómo el programa de educación hace parte de la curaduría de esta exposición, no solo rodeándola y simplemente comunicándola a sus espectadores, sino también ampliándola por el territorio, llegando a otros interlocutores e invitándolos a intervenir en ella.
Pensando así, el Programa Educativo ha actuado de la siguiente forma:
Aproximaciones con el territorio: junto con Camila Fontenele, asistente de curaduría, mapeamos la ciudad de Sorocaba con el fin de excavar su historia oficial y sus agentes, cruzando el pasado y el presente y descubriendo trayectorias no contadas o invisibilizadas del municipio. A partir de este mapeo surge Apé, un juegdo de mesa que involucra la trayectoria personal del espectador de la exposición en la discusión sobre la coexistencia de diferentes cosmo-percepciones en el mismo territorio.
Temas para la diferencia y la justicia social fue la formación de profesores de esta edición de Frestas, que ocurrió del 3 de octubre al 21 de noviembre de 2020, de manera remota, durante ocho sábados, teniendo en total 24 horas de formación. Construimos un amplio abanico de agentes de diversas regiones y formas de pensar la educación, trabajando asuntos que todavía son vistos como tabú en el salón de clases, como temas relacionados con género y sexualidad, infancia y racismo, diáspora africana como centro en la construcción de la sociedad brasileña, la implementación de las leyes 10.639 y 11.645, tecnología y educación, entre otros. Todos los encuentros están disponibles en el YouTube del SESC Sorocaba y también aquí en la página web.
Afluentes es la publicación educativa de esta edición de Frestas, para la cual invitamos a 34 educadores e investigadores de diversas regiones y contextos educativos, buscando construir una investigación con amplitud de fuentes, perspectivas, tradiciones y agentes que, de alguna forma, desembocan el concepto curatorial de este río-serpiente. Es un compilado formado por entrevista, ensayos y programas de clase abarcando temas como lenguajes, accesibilidad, metodologías de enseñanza no convencionales, educación no formal, enseñanza de jóvenes y adultos, educación universitaria, educación política, salud, espiritualidad, africanidades y afro-brasilidades. Textos cortos que funcionan como una apertura, una invitación para que el lector se sumerja solo, para así entender las mejores formas para acercarse a los temas.
Construcción y formación del equipo educativo que actuará en la exposición. Buscamos construirla con jóvenes universitarios de diversos cursos, con experiencias de educación no hegemónica, que actúen en la enseñanza formal o informal, y no necesariamente con formación en artes. Nuestra idea es que ese equipo establezca visiones de la forma más plural posible para la exposición, que aprendan en la convivencia y con las diferentes miradas unos con los otros y con el público, y que los saberes sean construidos colectivamente en el curso de la muestra, entendiendo que no existe un saber fijo cuando hablamos de arte.
Renata Sampaio
coordinadora educativa
Este no es un texto sobre un proyecto. O por lo menos no es un texto común sobre un proyecto de arquitectura de exposición. Cuando surgió la invitación para escribir para la página web de Frestas durante el montaje, sospeché que enfrentaría dificultades. Exponer con palabras un partido arquitectónico parecía poco comparado con ese proceso que se venía desarrollando desde hacía algún tiempo. Entonces decidí huir de una simple descripción de un trabajo realizado y preferí comenzar a relatar una experiencia vivida.
Fui invitado por Bea, Diane e Thiago en diciembre de 2019 para desarrollar la expografía de la trienal en Sorocaba. Antes de la confirmación de la invitación, tuvimos una reunión una tarde de aquel mes en la oficina de Ana. La idea era conocernos. Conversamos sobre mis experiencias en expografía y ellos anunciaron las primeras ideas para Frestas. Durante la conversación, surgieron imágenes traducidas de un viaje de investigación para la trienal realizado por ellos. Recuerdo que ellos describieron un gran río, mientras yo decía que montar una exposición era, de algún modo, componer un paisaje. Me acuerdo que ellos hablaron de la sinuosidad, mientras les contaba sobre mi interés en el movimiento de los cuerpos dentro de los espacios de exposición. Al comienzo de 2020, presenté un proyecto preliminar, en el cual esas cuestiones estaban materializadas en forma de espacio situado en uno de los estacionamientos de la unidad. Propuse la creación de un razonamiento de piso sobre el que reposarían algunas obras. El diseño tenía muchas diagonales, ya que estaba pensando en burlar la lógica ortogonal de la circulación en ese sótano en busca de otro movimiento para los cuerpos de los visitantes.
Volviendo del carnaval, yo tenía el compromiso con el SESC de cerrar el proyecto algunas semanas después. Todo el proceso fue interrumpido en aquella mitad de marzo, cuando la pandemia de la covid-19 nos bloqueó. A partir de ese punto, mi memoria se pierde en relación a la secuencia de los acontecimientos. Pero recuerdo una conversación por teléfono con Francine. Tal Vez en mayo. Inseguros sobre el futuro del proyecto, divagamos sobre lo que podría ser una exhibición de artes visuales en tiempos de pandemia o en un post que en ese momento era imposible de considerar.
En algún mes del segundo semestre de 2020, aún sin respuestas sobre el futuro de la exposición, fueron pensadas algunas acciones virtuales para Frestas. Dentro de ese conjunto de acciones, fui invitado a desarrollar un curso para personas interesadas en expografía. Ya había dado algunos cursos en el área dentro de la red SESC-São Paulo. La novedad más interesante era que el ambiente virtual permitiría que todas las personas de Brasil pudieran participar. Siendo un arquitecto formado en Ceará, conozco las dificultades para tener acceso a las oportunidades concentradas en la Región Sudeste. Muchas veces el desplazamiento es necesario, pero es una realidad para pocos. Vine a vivir en São Paulo en el 2005, oportunidad obtenida a partir de los privilegios. Llegué con la intención de acercarme a las prácticas de la arquitectura con un campo poco establecido en mi estado de origen. Buscaba cosas como la escenografía, dirección de arte y expografía.
Volviendo al curso, las inscripciones evidenciaron el interés en el tema por parte de personas de diversos lugares. Eso volvió los intercambios de los encuentros más provechosos. Mi experiencia como expógrafo está básicamente situada en el estado de São Paulo. Entonces, siempre corro con el riesgo de generalizar una reflexión a partir de una vivencia muy localizada. Escuchar como Matheusa entendía la producción de exposiciones en Recife, por ejemplo, trajo una fricción interesante para las conversaciones. El grupo también tenía una formación bastante heterogénea. Eran educadores, gestores, productores, artistas y algunos arquitectos. Obviamente eso contribuye con el crecimiento de los debates. La única dificultad fue proponer un ejercicio de proyecto, recordando que el curso tenía una parte práctica en la cual tendríamos que hacer un borrador de la exposición. Sin embargo, no todos dominaban las herramientas de representación gráfica para la elaboración de planos o perspectivas. Superamos el obstáculo entendiendo que el dibujo no sería la única forma posible de representar un espacio. Como resultado del estudio, además de las propuestas presentadas de forma convencional, una participante realizó su trabajo de forma textual. Ella emulaba un recorrido, uniendo obras y salas de exposición. De alguna manera, eso me hizo recordar ciertas prácticas de baile, en las cuales usted es conducido por una tercera persona. Creo que llegamos a cerrar los ojos durante la lectura del texto.
Poco después del curso, todavía dentro del conjunto de acciones virtuales sugeridas para ese segundo semestre de 2020, fui invitado a participar en los momentos iniciales del grupo de estudio. La idea era que entrara en contacto con los 15 artistas del programa y sus propuestas para Frestas, incluso sin tener la certeza de que iba a ocurrir la exposición presencial. Durante una semana, acompañé las demostraciones y también realicé dos diálogos. En el primero, me presenté, y, en el segundo, intenté mostrar las condiciones físicas del SESC Sorocaba. Para algunos artistas, este reconocimiento del espacio fue fundamental. En tiempos no pandémicos, una visita técnica resolvería este problema. Pero, en esa etapa de la crisis sanitaria, este desplazamiento no era viable. Entonces esta noticia del espacio tendría que ser informada por mí, levantando una condición de confianza. Creo que, en ese momento, se giró una llave. Si la exposición tuviera lugar, tendría que ser producto de una comunicación muy estrecha entre mi trabajo y las propuestas de los artistas. De esa forma, desarrollamos una intimidad que determinó la forma en que íbamos a trabajar y vivir algo juntos desde ese punto en adelante. Algunos días después de finalizado el grupo de estudios, Laís me agregó al WhatsApp. ¡Hola, Laís!
Frestas confirmada para abril, entregué al ejecutivo del proyecto el 8 de enero de 2021. La idea de la propuesta inicial cambió poco. La permeabilidad del espacio sugerida allá atrás todavía parecía tener sentido para mí en ese nuevo contexto. Sin embargo, algunos artistas empezaron a demandar salas cerradas, buscando experiencias de inmersión o control total de la luz. Agregué al proyecto cinco salas pegadas a dos lados del estacionamiento. Cada sala fue diseñada en base a las preguntas del trabajo. Ahora tenemos curvas y un recinto en forma de diamante. Pero, estas salas irregulares estarían contenidas externamente por una piel regular, dejando así que las diagonales de la arquitectura del centro existieran solas.
Segunda onda, nuevo aplazamiento, separación, el infierno.
Creo que en mayo retomamos las conversaciones sobre Frestas. La nueva fecha de apertura se fijó para agosto. Habiendo decidido la empresa que montaría la exposición, tuve una reunión con Jaime para negociar pequeños cambios, ya que algunas obras naturalmente habían cambiado después de tanto tiempo.
Con el inicio de la construcción, en julio, prácticamente comencé a vivir en Sorocaba. Un comienzo más solitario, ya que el propio equipo escenotécnico no durmió allí. Un alivio fue cenar con Camila, cuando conocí su casa y el otro lado de la ciudad. En agosto, el escenario cambió radicalmente. Con la llegada de todos los equipos, finalmente conocí a personas que antes solo había visto en pantalla. La cantidad de trabajo encargado dio el tono del montaje. Tuve que cambiar el diseño de las obras varias veces para resolver dificultades no detectadas previamente o para mejorar aspectos desconocidos de las obras que habían surgido de las cajas. Esa confianza desarrollada a partir del grupo de estudio permitió este juego. Obviamente, no se hizo nada sin mucha negociación y sentimientos de duda. Pero estuvimos allí juntos, decidiendo qué era lo mejor para cada uno de nosotros sin perder de vista el proyecto en su totalidad. Frestas abrió el 21 de agosto de 2021.
Solo volví a revisar la exposición en noviembre. Primero con un grupo de amigos que querían una visita con mi presencia. Pasamos una tarde allí, y siempre es interesante alejarse del trabajo y regresar un tiempo después. Surgen otros significados y se relajan algunas decepciones. A los pocos días de este reencuentro, volví a Sorocaba de nuevo. Pedí hablar con los dos equipos del programa educativo. Esta parecía una buena manera de terminar este texto, con este intercambio. El ciclo de visitas con las clases escolares aún no había comenzado. Entonces, hablamos libremente sobre cómo fue permanecer y mediar en ese espacio. Hablamos de la lectura del público en relación a los pisos creados para recibir las obras. Me señalaron qué obras parecían eclipsadas en los circuitos más elegidos por los visitantes y me mostraron juegos de mediación que envolvían procedimientos de danza. Me reclamaron por el acabado duro de los muebles. Compartimos el deseo de patinar alrededor de esa exhibición. De todos, un comentario me atrapó. Quizás fue hecho por Erick. Me dijo que el espacio permitía un contacto visual constante entre los miembros del equipo de educadores. Incluso esparcidos, fue posible mantener una relación entre los grupos, y el sentimiento de cuidado mutuo permaneció. Ese tipo de coreografía me interesa.
Besos para todos los equipos.
Tiago Guimarães
São Paulo, 3 de diciembre de 2021.
En breve
Además de la publicación Afluentes, que compone el material educativo de la 3ª Frestas – Trienal de Artes y que contó con el apoyo de la coordinación editorial, este núcleo de Frestas, compuesto por Cecília Floresta y equipo interno y externo de colaboraciones, propone la publicación de un catálogo que reunirá textos de curaduría, colaboraciones de artistas, artículos, traducciones inéditas y un archivo magnético de exposición. En esta edición, entendemos la importancia de una pieza gráfica no sólo comprometida con el registro de obras y escritos que dialoguen con las exposición, sino que pueda sobrevivir a este momento, operando como pieza de referencia del pensamiento curatorial detrás de la muestra.
Otro aspecto del editorial de Frestas es la Guía de Visita, que reúne la información técnica y breves reseñas sobre las obras expuestas. Estas reseñas son textos encargados por la curaduría y producidos por agentes de diversas áreas, conteniendo abordajes bibliográficos, descripciones básicas de los trabajos y perspectivas críticas sobre las obras y producciones de cada artista. Se trata de una pieza pensada para servir de apoyo al público durante el recorrido expositivo y que se convierte en una especie de fortuna crítica de la 3ª Frestas – Trienal de Artes.
Cecília Floresta
coordinación editorial
2ª edición
Entre las posverdades y los acontecimientos
Curadora: Daniela Labra
Del 12 de agosto al 3 de diciembre de 2017
Sitio web: frestas2017.sescsp.org.br
1ª edición
¿Qué sería del mundo sin las cosas que no existen?
Curador: Josué Mattos
Del 23 de octubre de 2014 al 3 de mayo de 2015
Sitio web: frestas2014.sescsp.org.br